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La Cocina del Coaching

  • Enviado por: javier tejerina

Txipirones en lecho de Idiazabal, ha sido una de las ultimas novedades de la cocina vasca, que he tomado. Su sabor es sorprendente, novedoso. El sabor fuerte del queso de Idiazabal permanece en el paladar una vez degustado el plato.

Mezclar ingredientes para lograr algo novedoso es totalmente lícito. Se mezcla en la cocina, en la química, y en casi todas las actividades humanas. Pero sobre los resultados habría mucho que decir.

Este sorprendente comienzo puede parecer que no tiene que ver con el Coaching, pero no es así. Desde hace una temporada nos llegan diferentes publicidades sobre: Zen y Coaching, Gestalt y coaching, Constelaciones Familiares y Coaching, Eneagrama y Coaching, Streap-tease y Coaching, PNL y Coaching., Coaching Transpersonal, Experto en Coaching de Dietas de Adelagazamiento etc. etc. No he inventado ningún título y hay muchos más.

En otros tiempos también han existido todo tipo de mezclas. Por ejemplo, recuerdo cursos o libros sobre Análisis Transaccional y Chakras y mil cosas más.

No puedo decir nada negativo del Zen, PNL, Constelaciones Familiares, Gestalt o el mundo Transpersonal. Yo al menos no puedo. Todas son disciplinas de reconocido prestigio y muchos años en el mundo. Nosotros mismos, somos co-fundadores de la ATRE, Asociación Transpersonal Española y grande seguidores de sus investigaciones y publicaciones.

¿Pero… la mezcla? Veamos el ejemplo culinario.

Txipirones en lecho de Idiazabal sería rechazado indiscutiblemente por todo gourmet del pescado. La mezcla hace que la finura sutil de un txipiron recién cogido, se evapore con la presencia de la fortaleza del queso ahumado. El admirador del txipiron, busca la pureza del mar, el aroma de un txipiron joven que desaparece en la época adulta.

Este mismo gourmet, seguro que admirará la aspereza del queso de Idiazabal, su potencia de aroma, su textura. Pero con una diferencia. Deseará cada producto en su momento, por separado, uno al principio de la comida, otro al final. La mezcla es sorprendente, original, pero hace que no profundicemos en la potencia de cada alimento.

¿Sucede siempre lo mismo?. Indiscutiblemente no. Hay que buscar armonías, complementos, ritmos semejantes, y entonces el conjunto gana. Lo saben muy bien los artistas. En este sentido también hay ejemplos innumerables en la cocina, e igual que otros artes, pero también fracasos.

Las preguntas que quedan en el aire para que sirvan de meditación serían:

¿Estamos dando un mensaje claro a los clientes potenciales sobre lo que es el Coaching? O por el contrario estamos identificando el Coaching como una herramienta más del Desarrollo Personal en lugar de un método de trabajo?

¿No estaremos añadiendo una mayor confusión, a lo que ya de por si es difícil de definir?

¿Nos hemos preguntado que capta el cliente cuando ve esta serie de mensajes?

Investigaciones si. Formación del Coach si. Pero cualquier mezcla, no. El deterioro del Coaching puede llegar de forma muy rápida. Prefiero las cosas puras para profundizar y quedarme con su esencia. Aunque el último helado de Yogourt con Armagnac os lo recomiendo.