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Coaching & Deporte. “Como la vida misma”

  • Enviado por: ASESCO

¿Cuál es el reto, o el objetivo de un montañero, cuando se enfrenta al hecho de subir al techo de la montaña que desea encumbrar?

Subir a la cima de la montaña. (RETO).

¿Cómo afronta la preparación de la subida?
En primer lugar trazado un PLAN DE ACCION, esto es, eligiendo de entre las posibles rutas, la más acorde a ese momento del año. Dependerá de si hay más nieve o menos nieve por la cara que se quiere acceder a la cumbre. Dependerá de la composición y del nivel del grupo que se enfrenta al reto que hay que conseguir. Dependerá de si se quiere hacer noche en un refugio, o no, etc.…

En definitiva, el desarrollo de un plan de acción conlleva tomar una serie de decisiones acordes a las variables que conocemos en ese momento, y teniendo en cuenta aquellas que si bien, no podemos controlar ahora mismo, si podemos prever que puedan acontecer por el camino. Por ejemplo, una tormenta.

Una vez que hemos establecido claramente nuestro objetivo: Subir a la cumbre.

Hemos diseñado un plan de acción, que engloba, especificar el material y todo lo que vamos a necesitar, tiendas, botas, brújulas… Dentro de esta plan, hemos dividido la escalada en dos jornadas; en la primera jornada, ya sabemos que vamos a subir por la cara norte de la montaña, y que haremos noche en el refugio situado a 500 metros de la cima. En la segunda jornada, haremos cumbre y bajaremos por la cara oeste, ya que hay una ruta más corta, que nos facilita sobremanera que terminemos la jornada en el punto de partida, y con luz.
En tercer lugar, tras la definición del objetivo, tras el desarrollo del plan de acción, me pregunto
¿Qué nos queda?
La respuesta es obvia, tomar acción, esto es, ponerse las botas, echarse la mochila al hombro, ¡y a subir!

Porque hasta la fecha con el simple hecho de decir que uno quiere subir a tal montaña, con la minuciosa planificación de la escalada o la ruta, y en definitiva, solamente con la idea o la intención de subir a la cima, no se sube ninguna montaña.

Hasta aquí todo va bien, nos ponemos las botas, empezamos a subir, pero pronto aparecen las limitaciones o los contratiempos, “las piedras del camino”, temporal, lluvia, niebla… que hace que te sientas tentado de regresar al punto de salida.

Qué ocurre en tu mente en este momento? ¿Qué miedos o bloqueos te vienen a la consciencia?
Miedo a no poder cumplir con las expectativas del programa por la complicación añadida de tener que caminar más. Te vienes abajo, porque siempre pasa algo, además impensable en esta época del año.

¿Qué piensas?

¿Qué es lo peor que puede ocurrir?

Pues que efectivamente la ruta sea bastante más complicada de lo previsto, y que definitivamente haya que volver, o bien, que con un esfuerzo extra lo logremos, ¡lleguemos a la cumbre!

¿Cómo te sentirías cuando estuvieses en la cumbre e inmortalizaras esa maravillosa panorámica?, no sólo en tu retina, no sólo en tu cerebro, sino en el futuro, a través de tu cámara fotográfica, y de esa maravillosa instantánea, que sentado cómodamente en el sofá de tu casa, te hará regocijarte de gozo, y te hará sentir de nuevo, casi como si estuvieses en la montaña, porque te recordará que sufriste, sí, pero lo conseguiste.
No hace falta que me digas como te sentirías, lo sé.

Después de esta historia, quizás me puedas decir, vale, pero ¿qué hace un Coach?

Pues bien, imagínate que el Coach es ese que va a tu lado en el camino de ascensión, ese que te acompaña en el camino, y que cuando te paras porque te falta el aire, las botas te aprietan, y el sol más calienta, y tienes infinitas ganas de sentarte y de olvidarte de todo, y regresar por el camino que has hecho, porque no puedes más, está ahí, contigo.

El Coach, es ese, que te ayudará a mantener fija en la mente tu objetivo, que irá apoyándote para que, paso a paso, metro a metro, vayas ascendiendo hacia tu objetivo, te irá motivando, y te irá recordando todo lo que has logrado en el camino, todo lo que ya has recorrido, y lo poco que te queda para la cumbre.

Pero no nos engañemos, el Coach no hace milagros, no te va a llevar la mochila un rato, ni va a caminar llevándote a cuestas.    Ese esfuerzo te corresponde exclusivamente a ti, a tu persona, El Coach no te empujará a subir.

Eres tú el que decides si vienes, o vas, sin juzgarte en ningún caso, siempre desde el respeto a tu decisión.

Y sin embargo, siempre te acompañará al máximo a subir, pero recuerda “eres tú el que hace el camino”

Estoy seguro que en algún momento, en alguna ascensión, hubo alguien que te tendió una mano y te dijo, “ánimo, ya queda poco, juntos podemos conseguirlo”, estoy seguro que lo hubo.

En el reto de subir a la montaña, el objetivo está bastante claro, la cima; pero, ¿y en la vida? Hay veces que no sabemos en que montaña estamos, ni que ruta seguir.

Un coach te ayudará a eso precisamente, a centrarte, o a reorientarte si eso es lo que buscas.

Son muchas las ocasiones en las que nos autoimponemos nosotros mismos las trabas para avanzar, y la verdad, somos expertos en inventarnos excusas para dejar de hacer cosas.

Me gusta pensar que un Coach, es como una brújula, que cuando no sabes muy bien dónde estás, te facilita encontrar el norte, pero una vez más “amigo”, te recuerdo, que eres tú el que tiene que cargar con la mochila, es a ti, al que le van a doler los pies por las botas.

Pero merece la pena ¿verdad? Al final, en la cumbre, ¿Cómo te sientes? Imagínatelo, saboréalo, disfrútalo, está ahí, ¡¡ has llegado !!

Por cierto, la montaña, y el deporte, cualquier deporte, es como la vida misma, subes y bajas, en ocasiones, cuando bajas, pierdes de vista el objetivo, “la cumbre”, pero cuando de nuevo vuelves a subir, cuando oteas el horizonte, ahí está, y tú vas directo a ella.

Amigo mío, ¿Cuál es tu cumbre? ¿Cuál es tu objetivo?

José Miguel Gil
CAC nº 10161
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www.josemiguelgil.com

Móvil: 666.543.545
josemiguel@coanco.es