Tras varios años publicando regular y convencidamente artículos sobre desarrollo y superación personal, debo confesar que no tengo tantos lectores como me llegaría a gustar pero también que conozco la fórmula para captarlos, aunque prometo laicamente que nunca la voy a utilizar.
¿Qué no me hace tan popular? A parte de aquello que subjetivamente en mí no sea capaz de apreciar, con mucha probabilidad pueda ser mi visión pragmática y esforzada del desarrollo personal, que convierte cada reflexión que escribo en un alegato a la superación basada en hechos más que en deseos, en realidades en lugar de veleidades, en largos caminos alejados de los inusitados atajos que nunca nos llevan a ningún lugar.
En mi profesión, para triunfar es probado que hay que pertenecer al Club de la Comedia, el que representa hoy la Psicología Positiva, ese del buenismo y la facilidad, del Flower-Power de chascarrillos a medida de los oídos de un interlocutor comprador de esa lotería que nunca le llegará a tocar. Club en el que están muchos de los que ruedan, entre sonrisas y aplausos inocentemente esperanzados, de conferencia en congreso, de congreso en taller, de taller en mesa redonda y así hasta la insufrible saciedad. La positividad como bálsamo de fierabrás. La positividad como pretendida ciencia de la felicidad.
Y para no ser yo el único que sobre esto quiere opinar, recomiendo tres documentos reveladores sobre este engaño secular, que hoy se viste de ciencia cuando no es más que una anticuada religión medieval:
– “Materia”… http://esmateria.com/2014/08/26/un-aficionado-desmonta-la-millonaria-industria-de-la-ciencia-de-la-felicidad/
– “El País”… http://elpais.com/elpais/2016/07/13/ciencia/1468437657_783090.html
– “UNED”… https://canal.uned.es/mmobj/index/id/13565
En Marathon-15%: 115 CLAVES DE SUPERACIÓN PERSONAL me embarqué en un proyecto deportivo/editorial que lograse avalar mi visión profesional sobre cómo progresar en la vida y acercarse al concepto personal que cada cual construya de su felicidad. Para ello, lejos de pontificar desde la comodidad, quise ejemplificar conquistando un sufrido récord mundial. Hacer para convencer y no predicar para vender. Precisamente, en la Crónica 8 titulada “La positividad”, escribo…
“Hay muchas maneras de buscar la positividad vital y de todas yo suelo descartar las que utópicamente se ausentan de la factibilidad para proclamar que todo queda al alcance de cualquier posibilidad. Prefiero anclar mis pies en la realidad y ser positivo en lo que es probable y a partir de aquí encontrar razones y emociones que faciliten cada empeño según su dificultad. La positividad no se corresponde en absoluto con la seguridad de poderlo todo alcanzar por más que los prestidigitadores de lo irracional nos lo quieran interesadamente enmascarar, sino con la actitud menos pesimista que hay, para así minimizar las contrariedades que son inherentes a cualquier proyecto personal o profesional…”
Saludos de Antonio J. Alonso
Antonio J. Alonso Sampedro
Business Coach
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